Tempelhof auf vidersehen

Una vez más en Berlin, la Historia con H grande nos visita. En esta ocasión es muy cerca de casa, en el aeropuerto de Tempelhof, “la madre de todos los aeropuertos”, construido en la década de los veinte, aupado a la gloria de la arquitectura nacional-socialista por Albert Speer en los treinta, convertido en icono de la guerra fría durante el bloqueo de Berlin y cerrado definitivamente el pasado 31 de octubre. Dicen en la wikipedia que generaba pérdidas anuales de 10 millones de euros. La explicación es que la ciudad tiene otros dos aeropuertos y este, al estar situado en el centro (relativamente pero, sí, en plena area urbana), no podía reformarse. Tanto las pistas como la terminal actuales son las mismas que diseñó Albert Spree en 1934.

Esto en Alemania hay que decirlo bajito pero psss, psss, a mí la arquitectura nazi me mola un saco. Es monumental como la romana y la soviética pero mucho más elegante. Es precisa, sobria y funcional. Por razones obvias los edificios del Tercer Reich que aun quedan en pie en Berlin son muy difíciles de localizar, no salen en las guías y nadie quiere recordar dónde estaban. Por el estilo, yo creo que he descubierto un par de ellos pero debido a la falta de información no puedo estar segura de que efectivamente sea así. Uno es justo el de la embajada española. Otro el de la agencia que nos ha alquilado el piso nuevo (menuda panda de cretinos). El de Tempelhof es uno de los pocos que se reconoce como tal, y sin leer libros de historia: tiene unos pedazo águilas en las fachadas que no tienen pérdida.

Monumental, es monumentalísimo. Hasta la creación del Pentágono fue el edificio más grande del mundo y su terminal es un cuarto de circunferencia de más de 1km de longitud, de cemento macizo. En mi biblia de Berlin está escrito que, a diferencia de otras construcciones nazis, Tempelhof sí es querido por los berlineses porque su papel durante el bloqueo de la ciudad cambió su significado: dejó de ser el aeropuerto de los nazis para convertirse en el aeropuerto del puente aereo. Resumiendo la historia fue que, tras la división de la ciudad, el aeropuerto había quedado en el sector americano y era la base de la United States Air Force. Para forzar a los aliados a renegociar el trazado de las fronteras, en junio de 1948 Stalin decretó el cierre de todas las rutas terrestres y fluviales hacia Berlin Oeste. Sólo quedaba Tempelhof para asegurar el suminitro de alimentos y todo lo demás. En los 11 meses que duró el bloqueo la frecuencia de los vuelos -americanos y británicos- llegó a alcanzar los 1400 diarios, hasta que los soviéticos se dieron por vencidos y levantaron el bloqueo en mayo de 1949. Durante toda la guerra fría Tempelhof siguió siendo una pieza estratégica clave para asegurar las conexiones entre Berlin Oeste y el territorio aliado. En 1975 dejó de ser aeropuerto comercial y en 1989, con la caida del muro, se desmanteló la base aerea norteamericana. Pero entre denuncias, recursos y polémicas no han conseguido cerrarlo hasta ahora. En un periódico aleman he descifrado que algunos aviones viejos todavía están ahí porque no consiguen hacerlos despegar.

Ahora hay una bronca tremenda con el aeropuerto, y la que nos espera. En la wikipedia: Tras el cierre del aeropuerto una parte del recinto histórico va a ser convertido en un museo histórico de la aviación con un parque público. Además, el ayuntamiento de Berlín plantea instalar un plato cinematográfico en el edificio y una zona residencial con viviendas al lado del parque. Las propuestas del presidente de la Deutsche Bahn, Hartmut Mehdorn, de convertir el aeropuerto en un aeródromo para aviones privados y aviación general, y la del directivo de la Disney Fred Langhammer, de origen alemán, de mantener el recinto como una clínica privada y un pequeño aeródromo para los pacientes más adinerados ya han sido retirados.

La semana que viene nos mudamos al ladito al ladito, junto a la Oderstrasse, la calle que separa las últimas casas del inmenso no man’s land. ¿Os acordais de aquello de Contigo al fin del mundo? Pues tal cual 🙂

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3 Responses to Tempelhof auf vidersehen

  1. txema says:

    aufwiedersehen
    😉

  2. Flor says:

    Como artista, me encantaría fotografiar los edificios de los nazis . Tu crónica me ha puesto las pilas. Quizá un día…. ¿ tendrán algún olor especial ?

  3. bueno, de paso por aqui de vez en cuando:-) el bread and butter ya anunció que en julio la feria estará en el tempelhof. por lo que se cuenta, su propuesta ha “desbancado” el platô de cine – lo del museo, no lo sé – y ha generado una buena polémica. nada, guapa. igual nos veremos pronto! un beso

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