Según la leyenda familiar mi primer libro fue “Carolina la marmota”, pero yo no me acuerdo. En mi memoria, el primero fue “Saltad todos” de Ken Whitmore, que llegó a mis manos en la Colección Naranja de Barco de Vapor (debía de tener unos 7 años). Recuerdo despertarme pensando en él y seguir leyendo antes de que se despertaran mis padres, con la casa en silencio. Recuerdo la ansiedad insoportable de las últimas páginas, pensar qué va a ser de mí sin estos personajes y esta historia (todos los juegos del mundo no eran nada en comparación) y la certidumbre de que después de él todo iba a ser diferente. Quizás no fue mi primer libro pero fue el que me convirtió en lectora.
Entonces no sabía que era un clásico de la literatura infantil, uno de esos libros “con valores” que recomiendan los pedagogos a la antigua. Un libro educativo, con una intención que ahora, con mi mente de adulta (mi mente adulterada), entiendo claramente como política. Era una historia de topos. En la narración imaginada por Whitmore, estos animales feos y miopes son, gracias a sus habilidosas construcciones subterráneas, los guardianes de la estabilidad de la tierra. Un día, cuando la actividad descontrolada de los humanos amenza con desequilibrarla para siempre, los topos hacen asamblea. Sólo hay un modo de salvar el planeta: convencer a los humanos para que salten todos a la vez, en un día y a una hora precisos. Unas pocas décimas de segundo que serán suficientes para que la armada de topos, duchos en arquitectura intra-terráquea, reparen a toda velocidad los desperfectos. ¿Pero cómo hacérselo comprender a los humanos, tan descreídos y tan ocupados siempre con sus cosas? Su contacto es un niño, que se convierte así en el protagonista de la historia y en pequeño heroe planetario (y yo con él: mundo aquí estoy). La historia acaba bien y con moraleja: si hoy seguimos aquí, dando vueltas en esta fabulosa estrella muerta, es porque un día fuimos capaces de ponernos de acuerdo.
Ken Whitmore es un dramaturgo inglés conocido sobre todo por sus obras de teatro radiofónico. De hecho, “¡Saltad todos!” fue escrito inicialmente como una pieza teatral con un título mucho mejor que el de Barco de Vapor: “Jump for Your Life: A Dangerous Play for Children”. Ya no publica, “desanimado por las arbitrarias restricciones del sistema actual”, pero mantiene un proyecto de asesoría literaria para escritores noveles. Tiene 64 años y vive en el Languedoc, en el sureste de Francia.
En algún lugar leí que en las obras de ficción infantil las cuestiones de género están escrupulosamente estudiadas (siento no tener la fuente). Al parecer, a partir de los 4 o 5 años es preferible que el protagonista sea un chico porque con él pueden identificarse tanto las niñas como los niños, mientras que si es una chica sólo se identican con ella las niñas y se pierde la mitad del lectorado. En realidad es más sutil y más perverso.
Hace tiempo alguien colgó en el Facebook esta viñeta. Estoy buscando al autor/a para añadir su nombre y el link a su blog (recuerdo que tenía uno).
Puede ocurrir, y es frecuente, que el peso de la acción recaiga en una niña (como en Caperucita o la Sirenita o la Princesita tal) o en una mujer joven (como Cenicienta o Blancanieves) pero, en esos casos, siempre suele haber una figura masculina que representa los valores de la virilidad y con la que la protagonista mantiene una relación de orden heteronormal: una relación que puede ser de carácter violento y masoquista (como el lobo) o de carácter romántico y salvador (como el príncipe, del que se enamora para toda la vida). En ambos casos, figuras de autoridad. El reparto suele completarse con otros personajes femeninos, igualmente estereotipados: la bruja mala, la hermanastra envidiosa o la cándida abuelita. En ningún caso, figuras de autoridad. Por el contrario, cuando el protagonista es de sexo masculino no suele haber una contraparte femenina o si la hay, no tiene demasiada importancia en el desarrollo en la historia (papeles accesorios, de tipo asistencial, tanto desde un punto de vista psicológico como narrativo). No recuerdo cómo eran los amiguitos del protagonista de “¡Saltad todos!” pero seguro que junto a él había una compañera fiel que creyó en la misión desde el primer momento y se desvivió por ella.
Es comprensible querer ser una princesa, pero las princesas son lo que son: la mayoría de las veces, un coñazo de personajes. Esto no es un statement contra la literatura sexista porque sería lo mismo que hacer un statement contra la literatura en general: el patriarcado somos todos, porque es nuestra forma de organización social más elemental, longeva, resistente y arraigada (más que el cristianismo y el capitalismo juntos). Me explico.
Este video es The Bechdel Test for Women in Movies, publicado por Feminist Frequency e ideado originalmente por la autora de novela gráfica Alison Bechdel (muy recomendable: “Fun Home”). Según el Bechdel Test, para comprobar que las mujeres NO están infra-representadas en una película o en cualquier obra de ficción, esta tiene que responder afirmativamente a las tres preguntas siguientes:
1- ¿Aparecen al menos dos mujeres que tengan nombre?
2- ¿Hablan entre ellas?
3- ¿Hablan de algo que no sea un hombre?
El resultado es devastador. Repito, para los lectores rápidos: el objetivo del test no es cuestionar la calidad artística de las obras (las cumbres literarias y cinematográficas no lo pasan ni de cerca, y eso no les quita nada de su valor), sino poner de manifiesto hasta qué punto están marginados los personajes femeninos en las obras de ficción y por extensión en la historia de la cultura. ¿Hacemos una lista de pelis o novelas que superan el test? Y más difícil todavía: ¿hacemos una lista de pelis o novelas que superan el test y están escritos por un autor que no sea de género masculino? Un, dos, tres, responda otra vez. Valen series.
Mad Men: sobresaliente.
Muy interesante el post, pero me surge una duda: ¿por qué la bruja mala no es una figura de autoridad y el lobo en cambio sí lo es? 😕
No pretendo quedarme mirando el dedo que señala la luna, pero no me cuadra mucho el ejemplo concreto O:-)
Hola Txipi. ¡Ay esa mente precisa de ingeniero! Vale, igual he ido un poco rápido ahí.
Es un clásico del análisis feminista de la ficción (desde la mitología o las narraciones religiosas hasta los guiones de TV) constatar que el abanico de personajes femeninos es estereotipado, arquetípico. Básicamente oscila entre dos polos: la pureza (la virgen, la madre, la princesa, la esposa, la víctima) y la impureza (la puta, la bruja, la madrastra, la mala pécora, la responsable del pecado original). Ambos polos son monolíticos, sin matices, sin gama de grises. Los personajes masculinos por el contrario, revisten más complejidad, tienen una paleta de comportamientos más elaborado. Por ejemplo: piensa en la típica fábula de iniciación en el que el personaje evoluciona desde la impureza hasta la pureza, desde la ignorancia hasta la sabiduría, desde la maldad hasta la bondad… el clásico viaje interior de descubrimiento. Los protagonistas de las historias iniciáticas (que serían la esencia de la evolución psicológica de un ser humano) son siempre hombres. Son personajes en movimiento. Al revés, los personajes femeninos tienden a ser estáticos, pasivos y funcionales (cumplen una función en la creación de los parámetros por los que se mueve el protagonista, pero ellos mismos no conocen ninguna evolución). La bruja es uno de esos estereotipos, que podemos ver replicado en muchas narraciones.
Dicho esto, tienes razón en que Caperucita es un mal ejemplo. Por lo siguiente. El lobo feroz es un estereotipo (de maldad), que no evoluciona y sirve para dar sentido al personaje central que es una niña y ella es la que evoluciona. Pero esto es excepcional. Normalmente, cuando hay un personaje masculino que representa el estereotipo de la maldad, el protagonista que le hace frente suele ser un hombre y no una mujer. Que una mujer o una niña se enfrenten a un malo y lo ganen, no pasa. Cuando hay un malo, el que lo derrota es un hombre. En este sentido, Caperucita no es el típico cuento patriarcal, como tampoco lo son Las Mil y Una Noches (la heroina vence al malvado, y además con su inteligencia). Pero son excepciones.
Volviendo a la autoridad: en los hombres, la agresividad o al menos la capacidad de hacer uso de ella, se identifica con el poder, y el poder en los hombres se interpreta positivamente. Un hombre con poder es un hombre con capacidad de liderazgo, que inspira confianza, que es capaz de resolver los problemas y que, por defecto, tiene razón. Un hombre dominante es un hombre que potencialmente es un lobo feroz, pero no hace uso de su ferocidad porque es magnánimo y buena persona. Una mujer dominante tiene connotaciones totalmente distintas: es un bruja (o una frustrada, o una amargada, etc, etc, etc.) . Y aqui vuelvo a ir rápido porque sé que sábes de qué estoy hablando. Llegamos a uno de los eternos puntos de debate del feminismo occidental contemporáneo: por qué las mujeres tienen (tenemos) tanta dificultad para ejercer el poder de una manera desacomplejada.
¿Juegas al test?
Tengo unas cuantas películas… pero no sé si cumplirán los requisitos (es curioso porque la mayoría son relaciones madre-hija):
– Persépolis: es la vida de Marjane Satrapi contada en primera persona, donde aparece la figura de su madre (aunque quizás no sirva porque siempre recuerdo que se referían a ella como Mrs. Satrapi…). Si alguien con memoria menos frágil que yo recuerda su nombre, se podría incluir.
– Pequeña Miss Sunshine: Olive y su madre, Sheryl. De nuevo una relación madre-hija… :-/
– Inocencia interrumpida: con la tormentosa relación de Susanna Kaysen y Lisa (aparecen además más protagonistas femeninas con nombre e historia propia).
– Black Swan: Nina y su rival Lily . Incluso su controladora madre…
Para mí LA SERIE con mayúsculas respecto a la perspectiva de género es Anatomía de Grey: no es una serie dirigida a mujeres, pero los personajes más potentes y carismáticos son mujeres. Hablan de todo entre ellas: ambiciones profesionales, movidas familiares… Y, frente a la misoginia tan habitual, las mujeres de la serie se apoyan un montón: hay grandes amistades como las de Meredith y Cristina, rara vez dos personajes femeninos se pelean por un tío… Me parece una gozada para las feministas.
Si pienso en pelis, se me ocurren las protagonizadas por mujeres: Amelie, Caramel, Quiero ser como Beckham, varias de Almodóvar, Yoyes… El reto está en lograr que pelis dirigidas y protagonizadas por tíos pasen el test, que dejen de contar con todo un elenco de personajes masculinos diversos y un solo personaje femenino que es “la chica”.
No estoy muy puesta en literatura infantil pero sí en cine infantil, y la cosa está fatal. Incluso en películas que considero positivas desde el punto de vista de valores no machistas (Ice Age 3, Monstruos contra Alienígenas) la mayoría de los personajes son masculinos. Si ponemos los dibujos de Clan o Disney Channel, ni te cuento.
Tengo un hermano de 8 años y en algún momento ha transmitido que está convencido de que ser chico mola más que ser chica. No le culpo. Ves esas películas y claro que mola más ser chico. Yo también preferiría ser el héroe que la princesa.
Muy bueno el artículo!!!!!La verdad es que es un tema muy interesante. Y realmente no solo se le ha negado a la mujer ser protagonista aventurera, intrépida, valiente, misteriosa, superheroina, poderosa etc…sino que también se le ha negado el papel de creadora de este tipo de aventuras. Si se repasan las 100 mejores películas de la historia del cine o los cien mejores novelas de la historia (suponemos que listas elaboradas por hombres) practicamnete no encontraremos a directoras ni escritoras en ellas, así el heteropatriarcado de un plumazo borra de la memoria histórica a las creadoraas mujeres, negando un imaginario de mujeres creadoras de películas o novelas.
Es decir nos borran de ser heroinas y nos borran de ser creadoras. Nos invisibilizan. Solo nos quiere de mera comparsa.
P.D. Fun home es maravillosa, ese padre y ella! Nosotras nos declaramos fans absolutas de Alison Bechdell y sus Bollos de cuidado.
Hola,
tengo una hija que se pasó los primeros años de vida diciendo que quería ser un niño, que quería llevar el pelo corto, pantalones y nunca faldas, etc. Con el tiempo fuimos capaces de descubrir que le horrorizaban todos los personajes femeninos de las pelis, los cuentos, la publicidad… Queria ser niño porque se idenrtificaba con todos los personajes masculinos y nunca con los femeninos. Tuvimos que invertir mucho tiempo en convencerle en que se puede ser una niña sin vestirse de largo y rosa y dedicarse a ser princesa. Se puede ser una niña y elegir lo que una quiere ser y hacer… No fué fácil… No es fácil 🙁
Hola,
tengo una hija que se pasó los primeros años de vida diciendo que quería ser un niño, que quería llevar el pelo corto, pantalones y nunca faldas, etc. Con el tiempo fuimos capaces de descubrir que le horrorizaban todos los personajes femeninos de las pelis, los cuentos, la publicidad… Queria ser niño porque se idenrtificaba con todos los personajes masculinos y nunca con los femeninos. Tuvimos que invertir mucho tiempo en convencerle en que se puede ser una niña sin vestirse de largo y rosa y dedicarse a ser princesa. Se puede ser una niña y elegir lo que una quiere ser y hacer… No fué fácil… No es fácil 🙁
Descubro tu blog gracias a que Loretahur ha compartido este post. ¡Gracias a ambas! 😀
Los primeros libros que recuerdo de peque eran de una colección de “libros para niñas” de Adela Turin (que siguen al a venta http://www.libreriasbeta.com/libros/HISTORIA-DE-UNOS-BOCADILLOS/71136/978-84-264-3575-0). Es el día de hoy que se los leo a mis hijos y flipo de lo actuales que siguen estando…
Hablan de elefantas a las que sus maridos elefantes tienen comiendo flores en un vallado mientras ellos se van a ver mundo hasta que se hartan y saltan la valla… De tortugas cuyos tortugos les traen cosas a casa de las que ellas se hartan y se piran a ver mundo. Vamos, recomendables 100%.
Se me ocurre alguna peli que sí cumple la norma, para la lista:
Chocolat: la prota, Juliette Binoche, habla con Lena Olin (a quien su marido pega y le abandona). Y con la mujer del alcalde (Carrie-Ann Moss). No es una peli especialmente “feminista” pero tiene un toque…
Thelma y Louise… y me cuesta encontrar más… ¿Titanic?
Saludos!
Hola María,
había llegado alguna vez a este blog y leído cosas bien interesantes, pero me animo a comentar en este post porque me ha “tocado” con dos coincidencias.
El vídeo lo vi hace unos meses y en seguida lo anoté en mi bloc http://estersensehac.tumblr.com/post/5875108286 y lo hice ver a un montón de gente que con cariño me aguantan estos “detalles feministas”.. creo que hizo su efecto.
Y el libro! también es de los primeros que yo recuerdo.. lo que me ha gustado leer es que acaba bien porque no recordaba el final. Yo me quedé fascinada con la idea de que hubiera algo vivo debajo de la tierra y recuerdo la imagen que se me formó en la mente de un súpergigante acostado de lado que formaba las montañas con sus caderas..
Otro libro que recuerdo del mismo tiempo es Lumbánico, el planeta cúbico.. http://libroslibressahananssa.blogspot.com/2009/05/ll008-09-lumbanico-el-planeta-cubico.html y, retomando el tema de los personajes femeninos en la ficción y el test, no sabría decir si los niños protagonistas eran chicos o chicas, y es un libro de aventuras. Ni siquiera ahora repasando el libro, estarían caracterizados supongo, pero de manera lo suficientemente abstracta para que no me haya quedado una imagen definida.
Puede que esto sea una diferencia entre el audiovisual y la lectura, en la que es el lector el que forma las imágenes en su mente, y por qué no, los estereotipos. Sería interesante ver cuánto han perdido en riqueza los personajes de algunos cuentos al pasarlos de las palabras a la imagen..
Ah, y respecto al debate del lobo, será por cómo me lo contaron, pero a mi me daba pena el lobo, porque sólo hacía las cosas propias de lobo (y con cierta gracia) y al final moría.. El que me inquietaba más era el cazador, que llega a poner orden en la historia.. Me ha gustado cómo has explicado lo del poder en el hombre y la capacidad que tienen de elegir si usar su ferocidad. El lobo de la historia puede elegir no ser lobo?
Un abrazo y encantada de leerte.
Hala. Qué de ideas 🙂 Muchas gracias a todas!
Tomates verdes fritos, El Clan del oso cavernario…
Yo Claudio/Claudio el Dios y su esposa Mesalina y La Hija de Homero, de Robert Graves. Los personajes femeninos de Graves son fuertes y, en ocasiones, terribles.
Sentido y sensibilidad, de Jane Austen, se acerca bastante, pero el contexto social hace que las protagonistas acaben dependiendo de un hombre.
La película El viaje de Chihiro, de Miyazaki. Una obra maestra en todos los sentidos.
Una rareza: La Arena Pesada, de Ribakov. La historia del exterminio de la familia del autor gira en torno a la poderosa figura de su madre, que encarna la dignidad y el valor.
Hola! me ha gustado mucho el artículo, sobre todo porque toca una problemática fundamental como es la representación del género que tanta influencia tiene en los roles.
Solo quería comentar a tu primera respuesta acerca del cuento de Caperucita, que en mi opinión, no se puede establecer como una excepción. Primero, porque no creo que Caperucita evolucione en absoluto a lo largo de la historia, empieza siendo una niña ingenua y sigue siéndolo hasta el punto de que el lobo se la come, ella nunca le enfrenta, y segundo, tiene que ser un personaje masculino generado espontáneamente al final de la historia quien venga a rescatar a Caperucita y a su abuela.
Esto al menos en las versiones que conozco, que no se rescatan a sí mismas.
Yo ahora estoy volviendo a ver la serie de “six feet under”, donde la madre, la hija, y la novia del hermano mayor son personajes bastante claves.
Cierto, ciero… Interesante lo que leo aqui sobre los diferentes finales del cuento de Caperucita (y la inclusión del personaje de un cazador que salva finalmente a la niña en la versión de los Grimm, supuestamente la más popular…): http://es.wikipedia.org/wiki/Caperucita_Roja
Hola, pues a mí me encantan las pelis de Tarantino, no sé si se puedan considerar feministas, pero tengo la impresión de que él es un gran fan de las mujeres, no en todas sus pelis, pero la heroína de uno de sus más grandes éxitos Kill Bill, es una mujer, que además es madre. Para mi gusto la mejor al respecto es Death Proof, donde las heroínas son mujeres, incluso juega con el papel de la niña bonita boba, que usualmente esperaría que la rescaten. En esta peli ese personaje se queda a merced de un tipo nada agradable, porque ¿quién nos asegura que solamente los chicos guapos iban a besar a la bella durmiente? Cuando una se sienta simplemente a esperar puede llegar cualquiera. Sin embargo las otras chicas al principio se asustan frente a su agresor, pero después ellas DECIDEN que no van a huir, van en su búsqueda para enfrentarlo y al final ganan. En lo personal me encanta.
La verdad es que todos los ejemplos que se me ocurrían han sido mencionados en los comentarios. Pero me gustaría plantear una cuestión. ¿Os parece realmente el cine de Almodóvar un cine que se pueda considerar, a tenor de lo expuesto, feminista o que, como dicen algunos críticos, “entiende a las mujeres”? Yo creo que los personajes campan también por los límites y polos extremos. Eso por un lado. Por otro: que el comic o la literatura de los años 40 o 50 representase un estereotipo de mujer determinada, puede ser juzgado de muchas maneras, claro está. Pero que las series que se produzcan ahora incidan en eso o bien en la dicotomía “tío tonto-mujer lista, pero en la sombra” me parece mucho más sorprendente. Y es una realidad en casi todas las series de animación que tienen una familia como protagonista, desde los Picapiedra a los Simpson pasando por “Padre de familia” (lo que no quita que sean divertidas, claro) Y otra cosa: hay princesas y princesas. Sigrid de Thule tenía su propio reino, daba unos mandobles tremendos y no aspiraba a casarse con Trueno.;-)
¡Hola!
Llegué a tu blog pues una amiga compartió el enlace de esta entrada en su FB, y me ha parecido genial!
Te aplaudo la construcción de tu argumento, la lucidez, la claridad de la exposición, y el mostrarnos un feminismo que critica de manera constructiva. Enhorabuena!
Pero lo que más me ha gustado es la interacción posterior. Creo que, inclusive, disfruté más tu explicación de la bruja, el lobo y caperucita, que la entrada misma.
Sobre la prueba de Bechdel no se me ocurren otras que las obras de Miyazaki (ya mencionada la del viaje de Chihiro), pues en casi todas la protagonista es una niña que evoluciona a lo largo de la misma, enfrenta retos y tiene lo mismo amigos que amigas capaces. Son muy recomendables.
Y sobre los cuentos clásicos, no te olvides de “Picarilla” de Perrault, donde la heroína se enfrenta a a la rigidez de su padre y al acecho del malvado príncipe Cauteloso, a quien vence en tres ocasiones debido a su inteligencia. Lo curioso es que la otra figura masculina, el príncipe Bondadoso es demasiado tibio y bobo, con lo cual este cuento es un hito en aquello de voltear los papeles…
Alguna vez escribí un post sobre las heroínas en los cuentos infantiles y otro más sobre el papel de la “heroína de acción” moderna. Es un estereotipo que está a medio caballo entre la bruja y la loba (entendiendo con esto último al lobo de Caperuza y no la connotación mediática común). P.Ej.: Krimilda en “El anillo de los Nibelungos”, Dalilah y Judith en la tradición hebrea, Artemisa en la mitología griega, y mención especial recibe la esclava de Alí Babá, quien vierte el aceite hirviendo en las tinajas donde se esconden los ladrones y clava la daga en el corazón del jefe durante la fiesta… Y, por cierto, creo que nunca se menciona su nombre…
Un abrazo!
G.
La autora de la viñeta es Aniel y se publicó en su serie Anima Fragile.
http://aniel-animafragile.blogspot.com/search/label/Tiras%20Anima%20Fragile%20by%20Aniel