Qué coño tiene que ver el Castillo de Olite con el copyleft

Coincidiendo por un lado con el alboroto de la ley Sinde y la escapada del De La Iglesia y, por otro, con un currete de estos de pensar que me ha llevado a zamparme un montón de documentación sobre el asunto[*], me hallaba estos días dándole vueltas a El Tema Este De Los Commons (como por ejemplo, el lugar correoso que ocupan en ese limbo entre lo público y lo privado, lo que explica que se encuentren hablando de ellos sujetos tan dispares como Vandana Shiva o un velocista de Silicon Valley) cuando, por yo qué sé qué azares me encontré visitando la noble villa de Olite, otrora capital del Reyno de Navarra y emplazamiento de un famoso castillo del siglo XV que sale en todas las guías.

Y como a pesar de ser muy post-esto y post-lo de más allá, en realidad soy una vulgar humanista nacida en el siglo XX (una asquerosa ruinófila, ya lo he dicho otras veces), recorrí el castillo en éxtasis total, subiéndome a todas las torretas, imaginando torneos y epidemias medievales, admirando los arcos ojivales, invocando a los muertos porque estaba cerrada la Cámara de los Yesos (también llamada Sala Mudéjar porque conserva la decoración original con 10 paneles de yeso hechos por maestros moros) y pensando: Mira tú, esto también son los Commons, no sólo internet y el Amazonas, y qué bien que la entrada sea barata y que esté tan bien restaurado y que no haya una tienda a la salida para venderte un bloc de notas troquelado en forma de almenitas. Con estos pensamientos tan hermosos sobre la gestión del patrimonio histórico, y como al acabar la visita me quedé con ganas de más, me dirigí al edificio adyacente, donde según el folletito se encontraba el castillo viejo, y que hoy es un parador nacional, y mantuve con el señor de la recepción una conversación más o menos así.

– Hola buenas tardes, ¿se pueden visitar los salones?
– Si no está alojada, no, señorita
– Ah bueno, como es patrimonio, pensé…
– Esto no es patrimonio, es un hotel normal.
– Normal, normal, no creo. Porque como es patrimonio…
No soy tan idiota como para no saber cómo funciona un parador nacional pero quiero creer que si te muestras suficientemente inofensiva e interesada lo lógico es que hagan la vista gorda y te dejen dar una vuelta por los comedores.
– Ya sé a dónde me quiere llevar usted, señorita, pero le repito que esto no es patrimonio, es un hotel como todos.
– Pero Paradores Nacionales no es una empresa como todas.
– Sí lo es.
– No lo creo.
– Una empresa como todas pero con participación publica.
– Entonces no es como todas.
– Oiga señorita, que yo no soy funcionario.
– Pero si yo no digo que usted sea funcionario, sólo que esto es patrimonio.
– No es patrimonio.
Le intento hacer ver que entiendo el significado de las palabras “empresa con participación pública” y que sé para qué sirven esas cosas, pero no cede. Contra-ataco.
– Si no fuera patrimonio, la empresa podría pintar la fachada de verde si le diera la gana, ¿a que no puede?
– No señorita, pero usted tampoco puede pintar de verde la fachada de su casa, aunque no sea patrimonio.
– Ya, pero eso son normativas muncipales que se aplican a todos los edificios, este tiene reglas mucho más estrictas. Ustedes no pueden ni arreglar una tubería sin el visto bueno del Ministerio de Cultura, ¿o no?
– Claro que no, es que edificios como este están muy protegidos.
– Porque son patrimonio.
– Que ya sé a dónde me quiere llevar usted pero no voy a ir por ahí.
Y va y dice:
– Que luego la gente viene y se lleva cosas.
Alucina vecina.
– Oiga, que sólo quiero visitar los salones, que no le quiero convencer de que es patrimonio para después llevarme una alfombra.
– Uy, la gente si la dejan se lleva hasta los muebles.

Me quedé sin ver el interior del castillo viejo, porque frente a semejante barrera diléctica, a ver quién se atreve. Y me vengué secretamente de él imaginando una horda de comuneros embriagados de copyleft asaltando el parador al grito de “¡Vivaaan Los Comuneeees!” y llevándose en volandas los sillas y los tapices y escapando escondidos dentro de las armaduras. Pero en realidad me quedé un poco triste. Porque ¿qué mierda de sociedad es esta que nos da tanta desconfianza la propiedad colectiva? ¿O la no-propiedad en absoluto? ¿Es que no somos capaces de respetar algo si no tiene dueño? Pues sí que tienen mal futuro los comunes. Y la internet, y el Amazonas y, en fin.

[*] La contradicción entre “currete” y “zamparme un montón de documentación” no es sólo aparente. Si fuera tan mercenaria como pretendo resolvería el asunto en cuatro páginas y media de lugares comunes pero como soy tan mala puta (en el sentido literal, que como puta me moriría de hambre porque, segun dicen, si te corres, hay que disimular), como soy tan romantica y tan novata, decía, no sólo gozo como una perra, sino que a punto estoy cada vez de enamorarme del sujeto y se me escapa siempre por exceso y por deriva. Podría decir que en este caso tengo excusa porque el encargo me interesa sinceramente y viene de una gente a la que aprecio mucho, pero sería falso. Si el demonio me pidiera un informe sobre el índice de cotización de las calderas, lo haría con la misma pasión enferma porque estoy aquejada de un mal que no es workoholismo, es peor: es devoción maniaca por cualquier objeto de estudio que me pongan delante. Lo buena monja que habría sido si llego a nacer en el siglo XV, qué pena.

El reporte en castellano de la Conferencia Internacional sobre los Commons de Berlin, aquí.

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6 Responses to Qué coño tiene que ver el Castillo de Olite con el copyleft

  1. juleniturbe says:

    Ya tienes otro objeto de estudio: los paradores nacionales. Eso sí, necesitas un mecenas que te vaya abriendo paso.
    Joven, ya sé que soy un adulador compulsivo pero, dejo constancia que el artículo me ha encantado.
    Y sí, yo dormí una vez en el Parador de Olite. Me confieso comunero moderno burgués 😉

  2. ptqk says:

    Yo también he dormido en el parador qué te crees, cuando era pequeña 😉 Pero, sí, no me importaría nada especializarme 😉
    El texto de Amador otra vez!!! Pero si hasta he soñado con él!

  3. Tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos con mas visitas.

    me respondes munekitacat19@hotmail.com

    besos

    Catherine

  4. jajaja!! me quedo con la imagen de una turba de comuner*s okupando el parador, liándola hasta despertar los espíritus rebeldes abatidos entre tan históricas paredes…
    estuve una vez en el castillo y también flipé: esperar tantos años para descubrir que los castillos de los cuentos eran tan verdaderos como los cuentos… de eso es mis tierras no tenemos…

    como siempre, maravilloso post: como todos los espíritus sedientos de saber, develas las conexiones entre todas las cosas…

    besos!!!

  5. Raquel says:

    Ánimos, Santa Teresa

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