La ley de la conservación de la violencia

Lo he estado evitando desde que llegué a Berlin pero al final ha ocurrido sin que me diera cuenta. Se juntaron dos factores: uno, que estoy buscando información sobre el programa T4 de eliminación de los “enfermos mentales” durante el gobierno de los nazis; dos, que un amigo cercano no paraba de hablarme de ese documental que tenía que ver sin falta. Y pasó: ví “Shoa”. Empecé con las primeras 2 horas que están colgadas en google video, me obsesioné y ya no pude dejarlo. Si no contara esto aquí, mi blog sería un poco menos mío, un poco más falso.

“Shoa” es un documental de 9 horas de duración sobre el holocausto, dirigido por Claude Lanzmann. Se rodó durante aproximadamente 11 años y vió la luz en 1985. No contiene ni material de archivo ni banda sonora. Las imagenes están compuestas exclusivamente de entrevistas a supervivientes, testigos y ex-funcionarios nazis así como filmaciones contemporáneas de lo que queda de los campos de exterminio de Treblinka, Chelmno y Auschwitz-Birkenau y del ghetto de Varsovia. No hay explicaciones históricas ni políticas, ni melodrama ni sentimentalismo, sólo descripciones secas y en detalle de cómo estaba organizada la muerte a escala industrial. Los trenes llegaban aquí, los poníamos en fila aquí, se devestían aquí, les cortabamos el pelo aquí, entraban en las cámaras de gas por aquí, sacábamos los cuerpos así, los metíamos en los hornos asá; y esto con varios miles de personas al día. Es tan lento como hace falta para que los datos dejen de ser datos y tomen la dimensión que les corresponde y para que la interpretación (y de algún modo el montaje final) se forme poco a poco dentro de tu cabeza.

Lanzmann insiste en que “Shoa” trata sobre la especificidad de “la cuestión judía”, no comparable a ninguna otra. Sin embargo es casi imposible verla sin que se te vaya la mente en otras direcciones y no ponerte a pensar, por ejemplo, en cómo funciona la indiferencia, un sentimiento muy común y muy traidor, que se desarrolla con una facilidad que espanta. O la desmemoria, esa que nos hace olvidar que, aunque el holocausto se lo inventaron los nazis, el antisemitismo no (y me paso los ejemplos que recorren siglos de historia europea) o que, como decían en el twitter, al condenar a Israel no nos acordamos de que las armas con las que atacan Palestina se las vendemos también nosotros. O al hilo de esto, acordarte de que dentro de poco llega el verano y otra vez habrá cientos de muertos en las costas del sur de Europa y que otros tantos, los más afortunados, acabarán en un centro de internamiento para inmigrantes en condiciones de vida penosas, humillados, hacinados e invisibles. La indiferencia, de nuevo, y la desmemoria.

Mientras veía “Shoa” me atravesaron por casualidad dos lecturas: “Todo fluye” de Vasili Grossman, sobre los crimenes del estalinismo; y “Notas al pie de Gaza”, un comic-documental de Joe Sacco sobre dos brutales masacres de refugiados palestinos perpetradas por el ejército israelí en 1956. A veces, las tres obras se me aparecen como un triangulo fatal, se preguntan, se contestan, se comprenden, se malinterpretan entre ellas. Pero la mayoría de las veces son como un bloque compacto en el que ya no soy capaz de distinguir las escenas y los testimonios: la crueldad inconcebible, la gente que se mea encima, que se agacha a recoger a un familiar herido y le pegan un tiro en la nuca; el olor de los cadáveres cuando hace calor y lo bien que se conservan cuando hace frío; el instinto de supervivencia que roza el delirio y el sentimiento de culpa de los que no murieron; la incapacidad de contarlo, la necesidad de olvidar y de nuevo la desmemoria y la indiferencia que hacen su camino. Los dibujos de Sacco podrían ilustrar las entrevistas de Lanzmann y estas confundirse con las experiencias de los deportados a Siberia y estas a su vez con las de los palestinos asesinados en la puerta de su casa. Las narraciones de sufrimiento son intercambiables y se repiten en una espiral demoniaca. Y dice Vasili Grossman, en voz de un preso político liberado tras la muerte de Stalin:

“Existe una ley sencilla: la ley de la conservación de la violencia. Sencilla como la ley de la conservación de la energía. La violencia es eterna; por mucho que se haga para destruirla no desaparece, no disminuye, sólo se transforma. Ahora toma la forma de esclavitud, ahora de invasión mongola. Salta de un continente a otro, se transforma en lucha de clases y de lucha de clases en lucha de razas, ahora de la esfera material se traslada a la religiosidad medieval, ahora la emprende contra la gente de color, ahora con los escritores y los artistas; pero en general sobre la tierra siempre hay la misma cantidad de violencia”.

En la imágen superior: “Topography of Terror. Gestapo, SS and Reich Security Main Office”, catálogo de la exposición permanente sobre el holocausto en Berlin; “Notas al pie de Gaza” de Joe Sacco (Reservoir Books, Mondadori); “Todo fluye” de Vasili Grossman (Random House Mondadori); “Fuck America” de Edgar Hilsenrath (la de la foto es la edición francesa de Attila, la edición en español es de Errata Naturae).

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12 Responses to La ley de la conservación de la violencia

  1. Lluís Guiu says:

    ya veo que también te dejas seducir por algunas analogías que tienen inspiración en la ciencia -la ley de conservación de la energía es una de las ideas más profundas de la física- 😉

    that’s the way. hay que crear un puente de diálogo entre ciencia y cultura. Echo de menos eso tanto en el mundo de la ciencia y la tecnología, como en el de la cultura. Debería existir una inter-relación más profunda.

    sobre como entender al mismo tiempo el holocausto y la masacre del estado de Israel sobre los palestinos, que decir. siento admiración por la inteligencia de Woody Allen, Sigmund Freud, Einstein y otros tantos. Al mismo tiempo, no puedo entender la actitud de gran parte de la población de Israel con el pueblo de Palestina, si no es como algun tipo de reacción patológica al sufrimiento del Holocausto. Supongo que para esa incomprensión, para esa estupefacción de ver la víctima del verdugo transformado en verdugo, para todo eso necesitamos nuevos conceptos.

  2. Me he quedado sobrecogida leyendo tu post aunque nada es nuevo en la viña del señor.
    A mi ahora me tiene atemorizada el club Bilderberg.
    Todo ya estaba anunciado por Kryon, hasta han intervenido en el ADN de los seres humanos y no es fácil recuperarlo.
    Es necesario mantenerse protegida.

  3. ptqk says:

    Hola Lluis. Justo me ha escrito una amiga a propósito del post, también una fantática de Shoa (parece que somo un club), remitiendome a otros materiales y en concreto, a un neurologo que explica cómo el gobierno de Roosevelt, cuando llegó Jan Karski a explicarles lo que ocurría, no se lo podia creer. Esto sale mucho en el docuemntal: nadie se lo podia creer. este neurologo explica que es porque no podemos imaginara nada fuera de nuestros recuerdos, porque no sabemos como representarnoslo. De ahi el impacto del Holocausto en el género documental, en la historia de las practicas de representación… Bueno, como me enrollo, que esto no tiene nada que ver con lo de Israel y Palestina que comentas. No sé. Igual buscamos “razones” a loc onflictos y no es mas que los instinto de muertes y supervivencia en movimiento, con sus diferentes formas… En todo caso, no creo en las guerras de buenos y malos, son todos uenos y todos malos a la vez (todos lo somos).

    Blanca: conoces esto? http://crisis999es.wordpress.com/ Es en clave cachonda-activista.

  4. Lluís Guiu says:

    hola María. A menudo me he preguntado a mismo por mi interés por las películas y documentales sobre el nazismo. ¿qué estoy buscando en todo ello?

    Las razones serian muchas, pero una de las básicas que me doy a mismo es justamente la incredulidad, la incapacidad de comprender que eso hubiera pasado justo ahí, en medio de Europa, demasiado cerca. El Gulag soviético, que debería ser denunciado un millón de veces, instintivamente me queda demasiado lejos. O quizás la hiperabundancia de material cinematográfico sobre el nazismo frente a la escasez sobre el Gulag y el estalinismo, ha conducido inevitablemente mi interés hacia el nazismo.

    Esa incredulidad supongo que se podría reformular con esa incapacidad de representación a la que aludes en tu comentario. es cierto, no hay forma de representar eso en mi mente, por lo que siempre me queda un poso de incomprensión absoluta, que simplemente no se puede diluir.

    de todas formas, tengo que decir que mi interés se ha movido más por producciones más comerciales: El hundimiento, El pianista, La ola, La solución final, cosas así. En documentales he visto más dureza, como todo el mundo, pero en general no tengo estómago para llegar a ver más, aunque solo sea celuloide. a veces me gustaría poder ver este tipo de cosas, para poder ganar capacidad de reflexión.

  5. ptqk says:

    Hola Lluis. Buf, a mi se me hace mucho más duro en ficción tipo Spielberg y sus secauces, a tope de drama, musica, iluminación, todo para que llores. Shoa es otro rollo.

  6. Lluís Guiu says:

    esto mirando ahora Shoa en Google Video.

  7. Lluís Guiu says:

    he visto parte de las 2 horas de Shoa que hay en Google Video. me lo había imaginado con imágenes muy duras, sin duda no había leido con atención la primera parte de tu post, porqué ya lo explicabas. Sin ningún artificio ni imagenes explícitas, solo con la voz desnuda de los testigos y poco más. Es una extraña sensación, el testimonio en primera persona te impacta pero no te causa la rallada que te entraría en el cerebro, si vieras las imágenes truculentas que ilustraran lo que están contando. Las imágenes las generas en tu mente, a partir de lo que escuchas, pero es otra historia, al menos para mi. Aún asi, que duda cabe que está cerca del límite de lo que podemos soportar los que no tenemos estómago, sin que te pille un poco de rallada.

  8. ptqk says:

    Claro, esa es una de las aportaciones grandes de Shoa, como genero documental, que no hace espectaculo, que se situa en un plano que no es el de la represenatcion audiovisual que trata de recrear una realidad blablabla… Aparte del tema del holocausto, es una “obra cumbre” del género.

  9. Lluís Guiu says:

    sin duda, Shoa como documental aporta una visión diferente muy interesante. gracias por descubrirlo a quien no lo conociamos.

  10. Usher web says:

    Bueno, tengo que decir que no quiero ver el documental. A parte de la razón habitual: no querer deprimirme aún más, no creo que me digan nada nuevo que no sepa o que aporte algo de interés sobre la realidad actual (ciertamente, ciertos detalles morbosos del pasado, prefiero no saberlos).

    En cuanto al título que encabeza tu artículo: La ley de la conservación de la violencia, no estoy para nada de acuerdo!!! suena muy “bonito” (por simple y contundente) pero no es real.

    Precisamente hay estudios científicos que demuestran precisamente lo contrario: que el nivel de violencia ha ido decreciendo SIEMPRE a lo largo de la historia de la humanidad.

    Ahora mismo no tengo el enlace a mano, pero voy a buscarlo después de enviar este comentario, de un estudio académico de PRIMER NIVEL (presentado en la Ciudad de las Ideas de Puebla-México hace dos años, creo) en el que se demuestra lo que acabo de decir: el nivel de violencia (creo que medido en número de muertes no-naturales) ha disminuido de siglo en siglo.

    El investigador que realizó el estudio hacía especial hincapié en que la percepción de la “opinión pública” tal vez sea la contraria, pero eso es simplemente debido a que los medios de comunicación (TV y prensa) suelen recrearse precisamente en todos estos temas, y cada vez a mayor.

    Así que sintiéndolo mucho amigos, creo que no tenéis razón. Por suerte!!!! podemos estar contentos porque a pesar de todo vamos volviéndonos más civilizados.

    ¿Realmente alguno de vosotros cambiaría su siglo por otro anterior? Obviamente no niego las atrocidades que aún se cometen… es algo imposible porqué ahí están queramos o no olvidarlas.

    Y a los que reclaman más relación entre “principios científicos” y “cultura”, les diría que eso que piden es bastante peligroso, como lo es en general usar “metáforas” o “ejemplos” para explicar/entender hechos complejos. El fenómeno humano es el un fenómeno ALTAMENTE complejo. No quiero ser reduccionista, pero muchos epistemólogos estarían de acuerdo en que dentro de las ciencias hay una cierta jerarquización de complejidad en cuanto al objeto de estudio: las ciencias físicas (la de la materia y sus componentes íntimos) está en la base de esa pirámide, pero es insuficiente para explicar lo químico, como lo químico lo biológico, y lo biológico lo etológico (comportamiento animal), y lo etológico lo antropológico (cultura humana), y lo antropológico lo psicológico (psique individual). Una ley epistemológica que si parece ser cierta en el ámbito del conocimiento al menos es que: el total es mayor que la suma de las partes. Dicho de otra forma, cuando las partes interactuan emergen nuevos fenómenos no-presentes en las partes por separado.

    Creer -como algunos de ustedes- que un principio básico de lo FÍSICO es trasladable “impunemente” a lo SOCIOLÓGICO es cuanto menos ingenuo, reduccionista y erróneo casi con total probabilidad.

    Si la verdad sobre el hombre fuera tan sencilla… los filósofos hace milenios que hubieran gobernado al hombre con sabiduría, paz y felicidad para todos. Pero hay una complejidad BESTIAL en nuestra realidad psico-social, que va a costar aún siglos conocer y controlar (auto-gobernar).

    De todos modos, excelente blog y excelentes comentaristas! así da gusto 😉

    Un saludo!
    SERGI

    PD: me encantó que destacaras la frecuente y poderosa habilidad que tenemos para olvidar o para deformar el recuerdo del pasado. Qué triste, y qué gran reto el luchar contra ello! Gracias por recordarlo una vez más.

  11. Usher web says:

    Buscando en internet el vídeo que comenté antes, me he encontrado con esta otra joya, con un mensaje radical pero que hace pensar… ¿tendrá razón?

    “No todo el mundo tiene derecho a opinar”. Jamie Whyte
    http://www.youtube.com/watch?v=oxqZJw4PtA8

    Un saludo!
    sergi

  12. Usher web says:

    No es el video que buscaba, pero en el minuto 12:00 de este vídeo, se expone una interesante argumentación que parece demostrar que la humanidad cada vez está más involucrada en relaciones de tipo SUMA-NO-CERO, las cuales son menos violentas y más productoras de “beneficio para TODOS”. Obviamente el tema es mucho más complejo, pero lo pongo como ejemplo de teoría científica que avala la disminución de la violencia y la tendencia hacia organizaciones humanas más “benéficas” para todos los individuos.

    http://blip.tv/file/3457357
    (ver a partir de minuto 12:00)

    Un saludo!
    SERGI

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