Si no me cambia el viento, la idea que llevaré a la mesa es que hacer del P2P un modelo productivo es un cuento para vendernos la versión 2.0 de lo de siempre. Podemos llamarlo Neoliberalismo Digital. Si estamos hablando de crear modelos, yo diría que una cosa es el P2P como sistema de intercambio de archivos y como un símbolo social de la lucha contra los regímenes de propiedad intelectual (y larga vida a The Pirate Bay). Y otra muy distinta es tomarlo como un modelo de organización productiva aplicable fuera de la Mula, en la economía real y a escala global.
Una vez más, la ironía de la mano del gran Gapingvoid.
P2P como mercados puros / P2P como nuevo socialismo
Ni poniéndome maniquea consigo ver la diferencia entre ambos modelos. O más bien, si me pongo maniquea lo que veo son dos formas distintas de decir lo mismo. Más allá de la terminología (mercado puro vs. nuevo socialismo), las dos teorías caminan en la misma dirección ya que implican intercambios sin intervención externa, realizados por entes individuales (personas o no, pero individualizadas, o sea, definidas por su autonomía y no por su interdependencia) y que se suponen iguales (peer-to-peer: de igual a igual).
Si el modelo productivo del P2P es ese (no-intervención, individualismo y ficción de igualdad), Margaret Thatcher y Ronald Reagan ya lo inventaron hace un montón de años. Es el modelo neoliberal que revistas como Wired y sus grupos de influencia intentan aplicar a lo digital. Lo dice el propio Lessig en su crítica al texto de Kelly. Eso no es socialismo, ni nuevo ni viejo. Es simplemente web 2.0, o sociedad civil o lo que Adam Smith llamó “la mano invisible del mercado”. O como dicen ahora, la new New Economy.
El Nuevo Socialismo de Silicon Valley
Con las siguientes características:
El nuevo socialismo opera en el nivel de la cultura y la economía y no en el de la gobernanza. Como si la cultura y la economía no estuvieran dirigidas. Otra vez el viejo mito de la mano invisible, que si es verdad que es invisible no por ello deja de ser una mano.
El nuevo socialismo se propaga a través de un internet sin fronteras. Kelly olvida la censura de internet en muchos paises, las fronteras económicas, culturales, de acceso al conocimiento y las barreras idiomáticas (entre las lenguas más habladas de la red figuran el persa, el chino y el árabe).
El nuevo socialismo se basa en la descentralización. Efectivamente, ahí está Google para demostrar lo descentralizado que es Internet. O MySpace, o Microsoft o Facebook. Los usuarios están descentralizados pero, como en todas las grandes industrias, los proveedores de servicios tienden a la concentración.
El nuevo socialismo se basa en la economía del regalo. Lo que no dice Kelly es quién se beneficia del trabajo gratis de los usuarios. ¿O vamos a nacionalizar Google? ¿O MySpace? O Facebook?
En el nuevo socialismo los usuarios poseen los medios de producción. No, poseen una parte de ellos (el conocimiento y el tiempo) pero no poseen ni la infraestructura, ni las aplicaciones más populares de la web social, ni el beneficio (el beneficio social sí repercute en los usuarios, pero no el beneficio económico -salvo si aceptamos el axioma ultraliberal de que si unos pocos se hacen muy ricos España va bien).
En el nuevo socialismo no hay jerarquías. Sí. Es lo mismo ser Mark Zuckerberg que un indio que está picando código en Bangalore. Igual, igual. Peer-to-peer.
Redes organizadas
The celebration of network cultures as open, decentralized, and horizontal all too easily forgets the political dimensions of labour and life in informational times. Organized Networks sets out to destroy these myths by tracking the antagonisms that lurk within Internet governance debates, the exploitation of labour in the creative industries, and the aesthetics of global finance capital. (…) Why have radical social-technical networks so often collapsed after the party? What are the key resources common to critical network cultures? And how might these create conditions for the invention of new platforms of organization and sustainability?
En realidad lo que me inspira el texto de Kelly es una meta-lectura sobre, como dice Rossiter, el final de la fiesta. El discurso de la innovación, la necesidad de encontrar respuestas, de inventar nuevas formas productivas… Lo que sea, con tal de reducir la incertidumbre y quitarnos este miedo espantoso que llevamos en el cuerpo. New Socialism? 2P2 Economy? Open Source Society? Whatever. But keep my business running.
Totalmente de acuerdo contigo, pero creo que es posible encontrar modelos de cooperación (políticos, socio-culturales, arquitectónicos, tecnológicos) que puedan superar el estadio de relaciones entre ‘iguales’ con formatos más complejos. El modelo que subyace a las p2p es el ideal moderno de “espacio público” —espacio de consenso entre iguales— hoy tan obsoleto como el clásico del ágora —representación de iguales. No se trata de una cuestión tecnológica o técnica, sino de algo que moviliza la investigación creativa además de la crítica….
Puedo llegar a visualizar cómo cambiarían las aplicaciones de procesos/lógicas p2p en plataformas culturales/de conocimiento si habláramos de “cooperar entre nodos diferentes y singulares” en vez de compartir entre iguales, partiendo de que los “contenidos” no son el único ni más valioso recurso a compartir en una red.
Si pensamos en una red cultural, la conversión de las aportaciones subjetivas a una red en contribuciones metodologicas al todo, más allá de la aplicación de las lógicas ‘wiki’ a proyectos enciclopédicos) es una vía aún poco explorada, y tremendamente sugerente…
Un saludo,
Paula Alvarez
Paula. Me gusta mucho lo que dices de “cooperar entre nodos diferentes y singulares”. No sé si estabas aqui ayer o viste la mesa por streaming pero no conseguimos llegar a este tema…
Me parece que no queda sino navegar entre paradojas. Tenemos que utilizar al mismo tiempo “igual” y “diferente”. Según el momento, convendrá usar más un concepto u otro.
De la misma forma veo dos planos que se contradicen: con cada uno de nuestros actos contribuimos a que el monstruo siga siéndolo. Con nuestro uso de Internet damos de comer a las operadoras de telecomunicaciones y a Google. Y con nuestro uso de Internet podemos tratar de cambiar la situación en la que estamos.
Enormes paradojas donde el primer paso es ser consciente de ellas. Porque navegar por los mundos de Yuppie parece ser el estándar del siglo XXI.
Hola María, iba acomentar, pero viendo que me extendía demasiado para ser un comentario, he acabado comentándolo en un post,
http://golpedee-estado.blogspot.com/2009/07/ya-que-estamos-en-tan-sabroso.html
En la línea del debate (medios de producción/medios de consumo).
Saludos.
Ignacio
Interesantísimo.