El órgano más misterioso del ser humano (excepto para algunos gurús de Internet)
La verdad es que no tengo ninguna gana de sumarme al canto de sirenas de que la tecnología nos hace a todos más listos. Ya sé que algunos tenemos que estar anunciando la revolución todos los días pero hay tanta euforia en el ambiente, tantas expectativas puestas en lo digital y tan poco rigor… Faltan datos (datos-datos), faltan métodos de evaluación, faltan terminologías, faltan análisis largos en el tiempo… Y sobre todo creo que falta mucha paciencia (y un poco de honradez también).
Un ejemplo de esto es la urgencia con la que se defiende la existencia de los famosos Nativos Digitales. Como si fuera la santísima trinidad. Pues francamente, y me importa un pito que los Microsiervos lo saquen en su blog: Victoriano Izquierdo sólo es un chico con talento para la fotografía. Mucho, sí. Y tiene cámara digital y publica sus fotos online. ¿Y? No es más que un genio precoz que utiliza los métodos de la época que le ha tocado vivir. Pero de su caso no se puede deducir un fenómeno generacional. Salvo que necesitemos pruebas a toda costa.
Jorge del Rio, citado por Genis Roca, define a los nativos digitales como los que a) se conectan cada día, viven online y producen contenidos y b) son menores de 44 años. Los que no cumplen ambas características son inmigrantes digitales. La condición a) es discutible pero la b) es total de pandereta. ¿44? No está tan claro que haya una relación directa entre brecha digital y edad. Hay muchos más factores que condicionan el acceso al conocimiento y la mayoría son de los de toda la vida: género, entorno familiar, nivel adquisitivo, ubicación geográfica. Pero incluso si la hubiera… ¿44? Ni 40 ni 45, no, no, no. 44 justos. Entonces, según este estudio ¿yo soy una nativa? Tengo 32 años, produzco contenidos, vivo intensamente online, es cierto. Pero yo no he crecido conectada al messenger. Yo he crecido con los tebeos y la televisión española de dos canales. Y aún recuerdo el día que mandé mi primer email. Lo siento por la estadística, pero yo soy una inmigrante digital.
Estrategias profesionales aparte, creo que nos estamos haciendo la picha un lío. Espero que el miércoles me toque un grupo hablador y los profes me cuenten cómo ven ellos las cosas, que por este lado también tenemos mucho que aprender. Claro que hay que analizar lo que pasa pero da la sensación de que hay muchas conclusiones sacadas de la manga. Conclusiones que no se sostienen con datos concretos y no pasan la prueba del más mínimo rigor científico (aunque sea el pseudo-cientifismo de las ciencias sociales). Deberíamos ser capaces de hablar de tendencias y orientaciones, de buscar buenos indicadores, de hacernos las preguntas adecuadas… Y dejar de tener tanta prisa por ser los primeros en responder.
Estoy post-utópica, una vez más. Será el bajón de la digital party que me repite 😉
Actualizando: aquí la presentación (disponible para descarga en Slideshare/ptqk).
Hola María,
Me gusta tu tono y estoy bastante de acuerdo con las cosas que dices… yo tampoco soy una nativa digital, ni de lejos (y que un niño crezca rodeado de cierta tecnología no significa que la use, ni mucho menos que la entienda). Pero no sé cómo se va a solucionar todo esto cuando cada vez hay más prisa… espero que podáis sacar alguna idea maja del encuentro. ¡Suerte!
Me ha hecho mucha gracia eso de los 44 años. Yo tengo 25 y también me considero inmigrante, no nativo. Soy de esa generación donde empezaron a aparecer los primeros Amstrad y Spectrum, cosa que no había en todas las casas. Nosotros hemos crecido a la par del crecimiento del uso de ordenadores y hemos conocido la vida sin internet, sin google, sin Microsoft y sin Linux. Mi primera dirección de correo la tuve a los 17 años porque me iba a ir a estudiar fuera y era una forma de mantener el contacto con la gente que dejaba en mi pueblo. Por eso, no creo que la edad sea algo que deba tenerse en cuenta a la hora de definir qué es un nativo o inmigrante digital. Además, qué importa si somos nativos o no? Lo que importa es que habitamos este mundo llamado digital en este momento, considerarnos nativos o inmigrantes lo único que consigue es crear fronteras, y en esto de la red, intentamos romperlas. Me equivoco?
Hola, María.
Yo soy uno de los profesores que vamos a ir esta tarde al seminario de la Laboral.
Estoy de acuerdo contigo, aunque tengamos nuestros blogs, creémos contenidos y seamos jóvenes (yo tengo 28 años), no podemos ser considerados “nativos digitales”, porque conocimos muchas cosas antes de conocer internet. Yo escuché esa palabra casi mágica, “internet” cuando estaba en el instituto, y me parecía algo lejano, casi mítico. Mi primera cuenta de correo la tuve a los 21 años, cuando una amiga se fue a estudiar al extranjero y no quise perder el contacto con ella. Y no tuve internet en mi casa hasta hace poco más de dos años, simplemente porque no lo necesitaba.
Y lo de la brecha digital es algo muy relativo, y no tiene que ver con la edad. Yo conozco gente de mi edad y de menos que no han usado un ordenador en su vida, y gente de sesenta años y más que disfrutan con los ordenadores y con internet, y que los manejan como si llevaran toda la vida haciéndolo.
Un saludo.
eoeoeoe, si tienes tiempo pégame un tokecillo! aunq creo… q va a ser q no no?
Tranquilízate, a ver si no vas a llegar a los 44, edad que otros lucimos con estupenda actitud 😉
Con lo bonito que es moverse de un sitio a otro, ¿quién quiere ser nativo? Ah, claro, los sinpapeles. Mierda de primer mundo.
Hola! Cuantos comentarios! Como decia el otro día en la charla, ya me va pareciendo una cuestión de responsabilidad desmontar ciertos mitos, como este de los nativos.
O como el de que los consultores privados anden por ahi dando lecciones de antropologia (non fotis….). Que todos somos posmodernos e interdisciplinares pero más respeto por los conocimientos de los demás.
Lo que dices Raquel de la prisa, para mi es un problema muy gordo en la investigación actual sobre cultura digital. Tempus fugit… 😉
Jguridi: genial lo de las fronteras… es que ademas el de nativos-inmigrantes no es un simil muy afortunado 🙂
Pablo: os eché en falta! qué timidos!!
Primita preciosa: tenia pensado llamarte pero fue todo bastante maraton.
Y Julen: no sabes la tranquilidad que me da poder decir lo que pienso.. 😀