Políticas europeas de alfabetización en la Sociedad de la Información

Cierro un capítulo más en la historia de mi interminable doctorado con el último proyecto de investigación que le debía a mi director, cuya paciencia es infinita. Como me licencié en derecho pero me resisto a investigar nada que tenga que ver con la ciencia jurídica strictu sensu, opté por el simpático curso de doctorado de Derecho de la Cultura que ofrece la UNED junto con la Carlos III de Madrid. Con él pensaba saltarme los límites de las disciplinas e investigar lo que me diera la santa gana (como se supone que debe ser). Así que ya van para tres años que me hallo encerrada en una carrera contra-la-academia en la que, por mucho que se diga, la interdisciplinariedad sigue estando vetada.
En concreto, mi ámbito de investigación gira en torno a las políticas culturales respecto a la Sociedad de la información. La primera parte la presenté en el encuentro Inclusiva del Medialab Prado en 2007. La segunda trata sobre las políticas de la Unión Europea en materia de alfabetización digital y mediática (versión íntegra en archive.org). A continuación, un extracto de la intro y unas someras conclusiones generales que espero poder desarrollar más adelante.

Nota previa

Cuando decidí investigar las políticas europeas relativas a la alfabetización en la Sociedad de la Información quería elaborar un estudio de carácter crítico que pudiera dar cuenta de los conceptos generales que se manejan en el ámbito europeo, las grandes líneas de actuación de las instituciones y los Estados miembros y las diferentes posturas doctrinales al respecto. Pero al buscar los materiales necesarios he descubierto que estos son escasos y he tenido que recurrir casi exclusivamente a los propios instrumentos políticos de la Unión Europea, como Comunicaciones, Informes, Evaluaciones, Directivas, Programas de Trabajo, etc. Lo que sigue es, por tanto, un panorama general de los instrumentos existentes presentados de forma temática y cronológica.

Por otra parte, debido a lo anterior, tampoco ha sido posible identificar un territorio conceptual común. Algunos de los instrumentos citados se refieren a la “alfabetización digital” (media literacy), otros a la “brecha digital” (digital divide), la “alfabetización audiovisual” (visual literacy), las “competencias digitales” (eCompetencies), las “capacidades digitales” (eSkills) o la “alfabetización mediática” (media literacy). Esta diversidad terminológica se explica, no sólo por la fragmentariedad de las políticas europeas en la materia sino también porque ésta es, además, un area indefinida y en mutación, que está evolucionando “en tiempo real”, a medida que lo hacen las innovaciones tecnológicas, las aproximaciones a ellas desde el ámbito académico o científico, la percepción social de las mismas y la actuación de los poderes públicos. Por esta razón, he preferido incluir todos los instrumentos que dibujan el mapa actual de las políticas europeas sin distinción, independientemente de los términos utilizados en cada uno de ellos.

Algunas conclusiones

El panorama europeo en cuanto a las nuevas formas de alfabetización es fragmentado y en desequilibrio, con algunas areas muy desarrolladas (como las que se refieren a la eInclusion), otras sumidas en debates complejos (como el eLearning), otras por último en fase aún de conceptualización (como la alfabetización mediática).

Aunque sigue siendo necesario asegurar el amplio acceso a las infraestructuras y las redes de comunicación, actualmente las estrategias políticas exigen aumentar los esfuerzos de inversión en investigación e innovación, renovación de los sistemas educativos, búsqueda de estándares e indicadores que permitan evaluar correctamente el impacto de las medidas de alfabetización y la evolución de ésta, identificación de prácticas ya existentes y creación de redes de networking que permitan el intercambio de conocimientos y experiencias.

En lo que se refiere a la evolución de las políticas europeas, se ha pasado de una orientación
basada en el discurso del acceso a otra basada en el de alfabetización. Durante mucho tiempo
se ha considerado que la forma de impulsar el desarrollo tecnológico y eliminar las
desigualdades asociadas a este era asegurar el acceso a las infraestructuras, las innovaciones
y las redes de comunicación. Para ello se han desplegado numerosas medidas encaminadas a
dotar a las empresas, las escuelas, los hogares y la administración pública de equipos
informáticos y ancho de banda, ampliar las redes de comunicación, etc.

Esta perspectiva, que corresponde con el concepto de “brecha digital”, está siendo cuestionada por los estudios de “crítica al info-desarrollismo” que niegan esta relación simétrica (a igual acceso, igual alfabetización) y proponen, por el contrario, que las nuevas formas de socialidad y comunicación de la sociedad red plantean necesidades educativas sustancialmente distintas, que requieren nuevas capacidades y formas de aprendizaje (Lovink G. y Zehle S. Ed., “Incommunicado Reader”, Institute for Networked Cultures, 2005).

El concepto más idóneo para afrontar esta temática parecería ser el de “alfabetización
mediática” que se encuentra actualmente en fase de conceptualización tanto a nivel
académico como político. Es un concepto amplio que incorpora las competencias técnicas,
digitales, audiovisuales, relacionales, de comunicación, creativas, participativas, críticas, etc.
y por tanto, supera y reúne la alfabetización digital y la audiovisual (aunque al respecto
existen opiniones encontradas).

Lo que sí parece consensuado es que las nuevas formas de alfabetización para la Sociedad de
la Información, para ser eficaces, deben ser concebidas de manera transversal en todos los
ámbitos (educativos, profesionales, familiares, etc) y para toda la población en su conjunto (no
sólo personas mayores, habitantes de regiones rurales, desempleados o en general “personas
en situación de exclusión social” como se defende desde las políticas generales de eInclusion).

La perspectiva para abordar estas políticas no puede ser tampoco exclusivamente económica, basada como hasta ahora en la competitividad de los mercados europeos y el fortalecimiento de las industrias. Por el contrario, debe ser considerada desde el punto de vista de los derechos sociales (educación, participación, etc.) y en diálogo con los sectores económicos protagonistas de la misma (medios de comunicación, industrias tecnológicas, etc.).

Las imagenes de este post son de Knowing Knowledge de George Siemens que entiende el conocimiento como un flujo que no se puede empaquetar. Es un buen punto de partida para reflexionar sobre las nuevas formas de aprendizaje y educación más allá de territorios disciplinarios estancos e improductivos. Además, para poner en práctica lo que predica, Knowing Knowledge es un libro descargable en PDF, un wiki, un website y un archivo de imagenes en flickr.

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Actualización.
Para este trabajo he contado con la gigantesca ayuda de Alex Hache, Kristi Ala-Mukta y Christine Redecker del Institute for Prospective Technological Studies.

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