En Monocle son tan elegantes que nunca utilizan las palabras comprar o vender, jamás hablan de dinero, los términos crisis, recesión o decrecimiento sencillamente no forman parte de su vocabulario. Son auténticos ganadores que conversan entre ellos sobre los buenos pequeños negocios que hay por hacer en el mundo, despiadados e impecables, con estilo y naturalidad. De todo lo demás no se dan por enterados.
La portada de Fortune del ránking de las 500 empresas más poderosas del mundo en 2010, dibujada por Chris Ware y censurada. Para verla en detalle aquí. Porque no tiene escrúpulos ni ideología, Monocle da un panorama del mundo -de lo que está pasando aquí y ahora- bastante más actual que cualquier fuente de la vieja izquierda al estilo por ejemplo de Le Monde Diplomatique, y lo digo sin ninguna ironía. Una visión del mundo sesgada, incompleta, pero que señala con mucho tino los puntos bisagra del mapa geopolítico (no dónde hay barullo sino precisamente dónde no lo hay), los flujos de capitales (en qué dirección se está moviendo el dinero) y los estilos de vida y consumo (que primero circulan a pequeña escala antes de saltar al ikea, al zara, a la guía turística o al estante del supermercado). Es un ejercicio de perversidad tan bien hecho, tan fino, que me da miedo. Porque sé que esta es la forma en la que se expresa algo que, en defecto de un significante mejor, podemos llamar la nueva derecha. Que no son pro-vida, ni falangistas, ni de la asociación del rifle. La nueva derecha son estos mercenarios con zapatos italianos y en el bolsillo la tarjeta Dinners Club. No parecen conservadores porque no lo son. No tienen opiniones, no tienen vergüenza, no tienen complejos y no tienen dudas. (Y parece mentira pero a estas alturas aún es necesario recordar que el liberalismo no es estar a favor del sexo en grupo sino de la desregulación de los mercados, la vieja ley de la selva en la que los fuertes siempre ganan y si no lo eres ya te puedes dar por jodido, aplicada a escala planetaria).
El cerebro detrás de Monocle es Tyler Brûlé (aquí entrevista), mucho más que un cool hunter: un todoterreno de “el negocio de hacer negocio” que como buen personaje tiene detrás su pequeña historia de supervivencia. Nacido en Canadá, crecido en Reino Unido, empezó de periodista y perdió la movilidad de una mano cubriendo la guerra de Afganistán. Además de fundar Wallpaper* -emblemática publicación de tendencias de los noventa que hoy pertenece a la Warner- ha sido columnista de The Herald Tribune y The Finantial Times, ha dirigido agencias de diseño y consulting, ha hecho televisión, es miembro de consejos de dirección de empresas influyentes y en 2006 ocupó el puesto nº37 en la lista de los gays y lesbianas más influyentes del mundo. Un mundo que, efectivamente, está cambiando a una velocidad vertiginosa. Y sí, lo escuché en una charla hace poco, no recuerdo a quién: hay que inventar palabras, revisar referentes y ponerse a estudiar economía.
De dedicarse a eso. mejor lo haces a lo bestia.
Ya decía yo que las alpargatas de Menorca tenían futuro :-p
Pues sí, las caras del capitalismo emocional son muchas y cada vez más elaboradas. Enhorabuena por descubrir una más, pero quizá la lista te va a salir laaaaarga, aviso.
Me la anoto para no comprarla, ¿vale? Si sale algo interesante, nos cuentas, ¿no? Digo por si tenemos que invertir pasta en Kaliningrado…
Besos.
Tú no necesitas soplos Julen, ya duermes en la tripa de la bestia 😉
Me quedo con la copla para la próxima vez que vaya de aeropuertos por el mundo. Y yo leyendo Le Monde Diplomatique y pensando que estaba informadísima… 😉 Por cierto, yo creo que el nombre es trucado porque no se puede ser tan cool incluso ahí.
🙂 Perla, no lo sé, yo creo que de verdad se llama así 😀 Yo sogo leyedo Le Monde Diplomatique pero es de un caspa… pppfffff.
Por eso, ahora más que nunca:
Busco en la basura algo distinto.
Busco en la basura algo nuevo.
Busco en la basuralgo mejoooor
Por cierto, gran portada la de Ware, ja, ja, ja. Hay que tener narices para que Fortune le haga semejante encargo y el les conteste con eso, Menos mal que Fortune la censuró, porque es que si no, ya daría mucho más miedo… Como Monocle. Cuando empezamos a hacer ESETÉ, teníamos un Wallpaper* sobre DIY que utilizábamos bastante como referencia. Ya entonces era la misma mierda… o incluso peor-mejor.
Ricardo_AMASTE
claro, claro, si es que son grandes referencias, esa es la cosa. y con razón, hacen lo que tienen que hacer de putisima madre. “pensamiento complejo” que diría felipe g. gil.